Los insectos perjudiciales para el buen desarrollo de las plantas tienen su época más activa en verano; cuando llega el otoño su reproducción disminuye y son menos problemáticos, aunque no desaparecen.
Por ello deberás seguir controlando la presencia de áfidos (especialmente durante la primera parte de la estación y si las plantas siguen floreciendo), así como también de la mosca blanca, de la araña roja y de las cochinillas que, aunque en menor grado, seguirán actuando durante todo el año porque estos insectos encuentran sus condiciones ideales en los ambientes secos y calurosos, habituales en el interior de las casas aunque nos encontremos en pleno invierno, debido a la calefacción.
En otoño muchas plantas sufren enfermades fúngicas debido a un riego excesivo que satura el compost y produce a descomposición de raíces y tallos.
Una enfermedad típica del otoño es la botritis, que se manifiesta con la aparición de brotes grisáceos y blandos, ocasionados por la permanencia en la planta de las flores y hojas muertas.
Un ambiente demasiado húmedo o la retención de agua en el follaje también produce manchas fúngicas en las hojas. Para tratar estas enfermedades utiliza productos fungicidas específicos, y para prevenirlas, es esencial que elimines las hojas y las flores marchitas y que riegues adecuadamente.
Durante los meses otoñales deberás tener especial atención en eliminar las flores y las hojas marchitas. En esta época, la mayoría de las plantas muestran signos de agotamiento y pasan por un momento delicado en el que son propensas a sufrir enfermedades ocasionadas por los hongos, que se desarrollan sobre los tejidos muertos y se multiplican con rapidez Además de reducir los riegos, controla también la humedad en la atmósfera y rocía las plantas sólo cuando verdaderamente lo necesiten, porque el agua retenida en las hojas puede perjudicarlas.
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