En ciertas ocasiones las malas hierbas pueden representar una auténtica preocupación para el cuidado del jardín, más aun cuando hablamos de huerto, puesto que invaden el terreno y afectan al crecimiento de las plantas que viven en él.
Existen diversos procedimientos naturales para eliminar las malas hierbas, como por ejemplo:
- Aplicando una alternancia adecuada de las plantas cuando estamos en un huerto.
- Cavando y escarbando a gran profundidad.
- Combatiendo el origen de la invasión (bordes de los caminos, césped,..)
La relación entre las dimensiones del jardín y la superficie de malas hierbas es la que decide el empleo o no de herbicidas, evitando lo más posible su utilización y procurando mantenerlas a raya desde un principio con métodos manuales.
Durante esta época las malas hierbas del verano pasan a mejor vida y dejan de preocuparnos, pero comienzan a emerger las malas hierbas invernales, a pesar de que éstas son más bien efímeras, como la verónica precoz, la verónica de las hojas de hiera y la draba. Sin embargo las plantas que necesitan frío para florecer, son las más peligrosas, pues, aunque ahora se encuentren en reposo, no dudarán en primavera en florecer y expandirse en unos pocos días. Algunas de ellas son, la bolsa de pastor, el pico de cigüeña, la fumaria o la cicuta.
Por eso la prevención es fundamental, sobretodo el ser capaz de reconocer las malas hierbas en cuanto salen las primeras hojas. Una destrucción a tiempo evita muchos esfuerzos posteriores.