Del mismo modo que cogiste una buena gripe el invierno pasado, te quemaste con el sol en tus primeros días de playa este verano o de vez en cuando te arreas un buen golpe que te duele unos cuantos días, a las plantas de tu jardín les acechan un buen número de peligros.
Reconocerlos es vital para un buen aficionado como tu, que además cuenta con una serie de recursos a su alcance para mantener a raya a orugas, pulgones, caracoles, heladas fuertes, calor excesivo, sequía, encharcamiento…
Como norma general, siempre que puedas recurre a las plantas autóctonas, es decir, las que crecen naturalmente en tu entorno; son las que menos enemigos tienen.
Además, es más probable que los pájaros y otros miembros de la fauna silvestre se sientan atraídos por un jardín que tiene muchas plantas autóctonas, en especial si son árboles y arbustos, que por un jardín de plantas exóticas, y cuantos más pájaros y otros animales haya en un jardín menos plagas habrá. Esto significa que no necesitarás usar pesticidas, porque un jardín autóctono suele ser un jardín saludable.
Algo más a tu favor iahorrarás agua! y, asimismo, si cultivas plantas autóctonas puedes ayudar a conservar nuestro rico patrimonio vegetal. Si todos plantáramos más de estas especies, todo el país se convertiría en una gran reserva natural.
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